Inicio de la novela Tu última palabra

poema de Tailo

Las tardes de café para los adictos no se dan por casualidad, ni mucho menos el otoño naranja ya casi gris para aquellos que saben mirar lo que puede surgir incluso en lo que solo aparentemente son cenizas. Mateo lo sabía, comprendía a cabalidad todo lo que observaban sus ojos mientras el silencio tenue daba paso a los pensamientos casi oxidados y borrosos de su corazón, de esos a los que él se aferraba cada martes por la tarde mientras contemplaba pasos ficticios que solo él se imaginaba. Así había quedado luego de la atroz herida que en el pasado no pudo evitar y hasta este momento del presente no ha podido olvidar. No, no ha sido fácil desprenderse de aquello que le ayudaba a ser él mismo y le transmitía libertad, no ha sido espontaneo olvidar, esa palabra en Marcos es realmente mediocre, olvidar sin integrar es lo peor para él, porque tarde o temprano los miedos y las inseguridades que no son abordadas y trabajadas salen a flote con mayor fuerza, y aquello que fue una simple sensación puede transformarse en una gran realidad a la cual ya no se puede dar marcha atrás.

Eran fuertes los momentos de silencio, de soledad, de vacío, eran realmente tan tristes para él, que todo el mundo intentaba animarle, pero como siempre pasan en momentos de duelo, las palabras están de más y el proceso es lento, muy lento y hasta doloroso, era común encontrarlo con los ojos rojos, o llorosos, era bastante común encontrarlo sosteniendo en sus manos el amarillo papel donde dejaron la huella de modo indeleble su alianza de amor. Sí, así transcurría su vida, entre retratos sucios por el polvo, recuerdos de añoranza, peticiones a gritos en el silencio de su corazón y con la esperanza de poder encontrar un nuevo modo de vida que por algún momento le entretuviera aunque sea en bajos perfiles o momentos. Quería ocupar su mente, eso es todo. Y claramente su constante búsqueda reflejaba la miseria en la que estaba envuelto. Mateo, todo era como un absurdo para él. Todo. Nada le motivaba, nada le despertaba el interés, y aunque se encontrara en búsqueda, se cansaba y desistía. En lo más hondo de él, ya había perdido “aparentemente” lo que era, su motivo y razón de ser, eso pensaba y creía, pero la tinta aún no marcaba fin a este historia, aún quedaba mucho por recordar y vivir, aún el amor no se había marchitado, ni el paso de Dios en ÉL. Aún sin que él fuera consciente de ello, había esperanza.

Pero siempre hay luces, ¿verdad?

Luces que te despiertan el deseo de amar, un amar que se hace claro, que te hace mejor persona, un amor que debe encontrar Mateo para ser libre, o quizás redescubrirlo. ¡Bendita la luz!

Tailo Arabia

Comentarios & Opiniones

LUZPAZ

Bendita luz, la vida sería para todos mejor, si buscaramos esa LUZ. Aplauso amigo. ABRAZO FRATERNO!

Critica: 
Tailo

Gracias, saludos....

Critica: 
JAIME REYES(JAIME REGAL)

Luces que te despiertan el deseo de amar, un amar que se hace claro, que te hace mejor persona, un amor que debe encontrar Mateo para ser libre, o quizás redescubrirlo. ¡Bendita la luz!

bellas letras un gusto leerte saludos.

Critica: 
Joelfortunato

Un buen escrito de esperanza, con significativa didáctica en su buena fe, especiales imágenes que indican nobleza y reflexiones de gran sensibilidad. Reciba mi amistad y respeto.

Critica: 
ORTIZELBA

Hermoso inicio de tu narrativa, con aspectos descriptivos que presentan la trama, imágenes sensoriales y afectivas bien llevadas que permiten al lector vivir la historia. Un gusto leerte, espero leer más.

Critica: