Enero

Enero, siempre me traes
Una canción nueva;
Una prohibida,
Una sincera,
Una encendida
O una cualquiera.

Es otro amanecer en el balcón,
Desayunando caña de azúcar,
Las horas no caducan,
Por suerte, nadie nos escucha.

Me imagino que pasaremos tiempo,
Perdidos en un agujero negro,
Hasta que traiga mi fantasía a la vida,
O me encuentre con la idea evadida,
De qué no es solo un pasaje de ida,
Y que pronto habrá despedida.

¿Debería perderme por un rato,
O asustarme a la idea
De qué puedo acostumbrarme
Al placer inevitable que me arrastra hacia a ti?
Esto no nos va a salir barato,
Aunque hagamos lo que sea,
Intentaré fugarme,
Del insoportable magnetismo que me llevará a morir.

Y la satisfacción,
Se volverá una pesadilla,
Preferible que pensemos si queremos la desdicha,
O arriesguemos nuestras fichas por lo que nos encapricha.