Preguntas sin respuesta

¿Qué hiciste conmigo, mi amor?
¿Qué hiciste de ti?
¿Qué hice yo contigo,
que al tiempo que me encontraba,
te estaba perdiendo a ti?

En mitad de la noche,
a la mitad de un grito apagado,
se perdió tu voz,
se extravió tu suspiro...

Y el tequila, que aunque poco,
que aunque nada,
sana el nudo que siento en mi garganta, mientras me pregunto:
¿Qué demonios fue de ti?
¿Qué hiciste las promesas absurdas de amor
que nos juramos?
¿Dónde guardaste los sueños que nos creímos juntos hacer realidad?
Es que te fuiste...
¡Justo cuando terminé de convencerme que contigo quiero acabar mis días!
¡Quiero acabar mis sueños, que ahora se volvieron pesadillas..!
¿Qué hiciste conmigo, mi amor?
¿Dónde dejaste tirados todos los buenos recuerdos que construimos juntos?

Ahora que te has ido, por voluntad propia
y que no puedo decir nada,
me sigo cuestionando...
¿Qué fue del chico inocente del que sin darme cuenta me enamoré aquella tarde de enero?
¿Dónde se habrá ido?
¿Dónde yace ahora, esperando por ser encontrado?
¿O es que realmente, por encontrarme lo hice perderse de sí, provocando su huida?
¿Qué fuiste de ti, mi amor?
Dime,
¿dónde demonios te encuentro, que sin querer te sigo buscando? 
¿Qué fue de ti, mi amor?
¿Qué hiciste de mi?

Dime...
¿Podré volver a reflejarme en tus ojos al menos un segundo más?
Solo seguiré tratando de entender,
de lograr asimilar lo bello que vivimos juntos y que sin darme cuenta, terminé por perder...
¿Dónde estás mi amor?
Pero lo más importante...
¿Esperas que vaya en tu búsqueda y siga luchando por ti, y por nuestra historia?
Seguro no obtendré respuesta, al menos que decidas decirme un día,
¿qué hiciste conmigo, mi amor?
¿Qué hiciste de ti?