Estrellas fugaces

poema de Sin Rostro

Tres estrellas fugaces
han escuchado el mismo deseo.
Ese deseo que brota de lo profundo de mi ser
mientras me fumo un cigarrillo
pronunciando tu nombre, reclamando al cielo, al destino,
a la vida todas esas cosas que hoy no puedo decirte,
aunque sé que de algún modo ya las conoces...
Te metiste donde no debías,
en el momento oportuno,
para luego irte y dejarme con este vacío, con este vacío que no se llena con nada.

Hasta seco me he quedado de llorarte,
hasta mudo me encuentro por tanto gritarle al viento tu nombre,
a la vez que mis suspiros se acompañan
con esta terrible nostalgia de recordar lo que un día fue y que no será jamás,
por más que lo anhele con todas las fuerzas que me da la vida.
Y es que por alguna razón llegaste,
pero no para quedarte...
De haberlo sabido, te habría abrazado más fuerte la última vez que te tuve entre mis brazos,
te habría besado como justo ahora deseo hacer por lo menos durante un segundo.
Mira que las estrellas ahora son mis testigos,
y ellas saben que en cada una hay una pizca de este amor que me está cercenando el alma,
que me está quebrantando por dentro,
sin encontrar reparo,
sin encontrar consuelo.

Estoy rodeado de muchas personas, y por más que las llamo, ninguna obedece a tu nombre. Ninguna,
más que el fantasma del ayer,
de ese ayer que pensé sería eterno,
pero que solo resistió veintiún meses en pie.
¡Qué linda es la vida, cuando se ama sin medida!
¡Pero qué triste cuando te quedas amando el pasado!

Ya ni las estrellas me consuelan,
solo me observan,
escuchan mis reclamos y de algún modo,
me reconfortan el alma.
No estás, decidiste seguir tu camino,
y aunque tengo el deseo de luchar por lo nuestro,
he comprendido que ya no querés que luche...
¡Y yo que siempre lucho hasta lograr lo que mi corazón me dicta!
Estás aquí, en la Tierra,
pero más distante que las constelaciones que observo.
¡Quédate con mi amor,
que hoy por hoy, yo ya no lo necesito!
Se lo entregué a las estrellas, para que un día,
si las ves...
¡Te des cuenta lo mucho que te extraño!