CATARSIS

El peso del silencio equivale a tantas lápidas que en lágrimas escondidas encierran mi alma.
El peso escondido entre lo inmoral y lo impuro, entre lo piadoso y lo virulento.

Son tantas las dudas y pocas respuestas que habitan mi mente.
Sin encontrar salida, en un laberinto, me encuentro preso de mi inquebrantable desolación.

Lo desconocido ahora me llama.
Me invita "el pecado" y ya no sé qué hacer.
Huir por el fácil camino y entregarme a la muerte, pagar la condena, o seguir con el yugo hasta el fin de mi historia.

El peso que expresa la confusión, más la imposición de lo bueno y lo malo sin poder escoger.
Correr el peligro y mostrar poco interés en lo que pocos valoran, el amor no es sexo, y entre tanto dogmatismo, no sé que creer.

Ahora escribo, me fumo un cigarro intentando parar de pensar, o pensar más en lo que el peso de la incomprensión abarca mi espíritu, y en dicha embarcación, llego al erotismo y pronuncio tu mote, que suena en mi mente sin saber ya qué hacer.

El fruto prohibido hizo pecar a Eva, ahora tu nombre y tu imagen harán pecar al poeta que en la tumba del peso de ese silencio catapulta su grávida penumbra...
incólume al recuerdo.