Arábiga

poema de San Brendano

Yogurta

—He tomado el inicio del campo gravitacional y mi quintillizo muñón de espermalogeno, me ha conquistado:
— ¡ La señora de las Runas de Kazajistán!
«Huevos semelos de dos empinados mandobles con jugo de páncreas y una gargantilla de oro puro y una ataraxia de tórax como pechos danzarines y mi colitis vaginal, me ha señalado: — La de las células procariotas y Endocariotas.
Pues, mi reproducción asexual, me ha devuelto a las arenas del templo de Salomón, y cúal, espina lumbica, mi parenquimático de estrógeno analógico, da una fotosíntesis de callos y septums de microtibulos y pericardis con cuatro humores. (Grecia, tal Efeso en las escalbagatas de los ríos sanguinarios de Turín, ha preñado a los hermanos de Gamenide) Solía creer que Moctezuma, chillaba en los libros del Popul y los angoras hechizos de los esqueléticos usos del chorro facial, nos dio un genital.
—¡Ha venido una mujer, y es Silvestre, su pulsar digital! —Una hembra en celo que evapora con sus lenguas léxicas en Arameo y Gregoriano, recitando Latín.
«Quisiera haber dicho que era orgullosa, pero mi roble árbol de mujer truncó en el silencio.» y, mi abuela, decía: Que tus pies llenen la virtud de tus ideales, que el soplo de Sirena te abrigue en el lecho de los muertos, y, yo, vea tu sangre real sobresalir. —¡Y, la reina Roja, imitaba las lenguas Ptelomeanas de los siglos de Bizantino! (Qué sean las mancuernas y los ahogos de los puntos susurrantes del equivalente mundo de Arcturo y su galaxia Saturneana.)
—¡Ha venido al mundo, una mujer y la vida ha dicho; La Reina Silvestre, es! Azorada por el matrix de su embrión y la inmortalidad de su cáspita... Susurrando el gélido mundo del trompo y los crepitos del caos y los alambres del pellizo, cada ojo del puro Gen y su brincar, me dio su puje. —Analogica, Analógica, el Gen del ombligo y el pupo de los chillidos del ósmosis y el feto entre cada hombro, las hemorroides plantadas por sangre y los climax del partugen. (Amigdalitis, Amígdala, Amígdalas, y los tumores del aire que choco contra la creación.) —Urano, gimió cuando Plutón, colocó su espalda y su tibio Sol, inundó la capital, el mundo, sudo y la Reina del chorro espermático, sudo por el Cigogen, cuando las doce casas de Empedocles, turbaron en su Gioblastoma el témpano de los higos y las corrientes del impulso de los tuétanos, sofuscaron el Ovoide del plan, Tamistle, hijos, oparto, Chillido y los puentes del vómito, hicieron el tintinear de los arandeles.