Reflejos

nadie puede reconocerse a sí mismo como libre de culpas y pecados,
todos alguna vez hemos sido “víctimas” de debilidades y tentaciones.
decir que estamos exentos de ser responsables, es como cerrar los ojos
y solo ver lo que pretendemos, esto dará alivio a nuestras “pobrecitas” almas
y nos convertirá en auténticos y patéticos sacrosantos.
-“la carne es débil”, decimos al dejar de lado los derechos ajenos,
- “no fui yo!... – me incitaron, me convencieron!...abusaron de mi buena fe!
qué espanto!, no hacernos cargo de no frenar nuestros impulsos a tiempo!,
aún sabiendo que causamos daño y que difícilmente quedaremos impunes.
mea culpa?... puede ser!… será que pasaremos una vida penando y pagando
por un perjuicio que hicimos, y nos perseguirá hasta el final de nuestros días?
en fin,… este humilde relato que “nos dejo”, se puede resumir en pocas palabras,
así que recordemos juntos:
“la necedad es el confesionario de los hipócritas”

roberto peiretti