Qué bueno

qué bueno es despertarse mirando el sol que por la ventana,
acaricia tu cuerpo desperezándose aquí en la cama,
abrazando la almohada para robarle el último sueño,
a una noche de amor que no has de olvidar y por mucho tiempo.

que bueno es estrecharte aquí en mis brazos cuando la luna,
se funde con tus ojos copiado el brillo de tu mirada,
volver a ser delirio que va colándose por tu falda,
y estremecer tu piel, ardorosa miel que al amor me llama.

qué bueno es el aroma que dejé sobre tu pecho,
brebaje de sudor, de flores secas y de incienso,
que bueno es encontrarte cada mañana cuando despierto
y ver juntos la luz mi pasión y tú, solar de mis sueños.

que bueno si mis manos se regocijan acariciándote,
que mágico momento de tus encantos alimentándome,
qué bueno estar llegando juntos a orillas del firmamento,
y reposar cansados, entrelazados, libres y en silencio.

que bueno es estrecharte aquí en mis brazos cuando la luna,
se funde con tus ojos copiado el brillo de tu mirada,
volver a ser delirio que va colándose por tu falda,
y estremecer tu piel, ardorosa miel que al amor me llama.,

qué bueno es el aroma que dejé sobre tu pecho,
brebaje de sudor, de flores secas y de incienso,
que bueno es encontrarte cada mañana cuando despierto,
y ver juntos la luz mi pasión y tú, solar de mis sueños.

roberto peiretti