Ofrenda contra el terrorismo de dos mujeres chilenas

La abuela, la madre y su hijo de cinco años
estaban aquel día en Le Bataclan.
Vivían en París luego del odio en Los Andes,
desde Chile llegaron con dolor y nostalgia
a compartir tu herencia, dulce Francia,
y repetir uno de tus nombres: Libertad.

¿Que mujer puede dar besos
más dulces que el vino con su pensamiento?
¿Qué mujer puede entregar más vida si morimos por ella?
Sólo tú, dulce Francia.
Cada vez que nuestras torres se derrumban
volvemos las miradas a tu Eiffel.
Sólo tú nos conoces en persona,
nadie muere de tristeza si está cerca de ti.

Mis compatriotas conocieron contigo el goce de vivir,
hasta que las esquirlas de la muerte atravesaron sus cuerpos.
Ellas debieron pensar que cruzando el océano
el sonido de la furia de otro tiempo, desde su tierra lejana,
las estaba alcanzando.
Eran otros dragones, pero el fuego negro era el mismo.
Apenas pudieron cubrir con sus almas
al niño de cinco años que recién aprendía a nombrarte,
entonces salió caminando de la mano del principito de Saint-Exupéry
hacia las calles del bulevar Voltaire.
El deberá cuidarte desde ahora, bienamada Libertad.

Comentarios & Opiniones

Alexandro Johns

Muchas gracias estimado Carlos. Saludos

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La musa del árbol

Un bello poema, con un triste contenido, fue un placer leerle Alexandro Johns. Saludos y bendiciones para vos.

Critica: 
Alexandro Johns

Gracias por tu comentario. Cordiales saludos querida Isela.

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