Dulce esquizofrenia
poema de Ricardo Antonio
Chist, silencio, calla,
no hagas ruido… ¿Escuchas?
¿Escuchas esas voces?
¿De dónde vienen esas voces?
¿Las escuchas…? ¡Oh!, son tan amenas
esas voces, son tan cálidas,
tan dulces y tan tiernas.
Son las voces de los ángeles,
sí, de los ángeles, que cantan.
¿Las escuchas? ¡Oh!, dime que las oyes,
dime que no estoy loco,
miénteme, pero dime que las oyes.