Nocturno Nro. 3

poema de RaúlZárate

En la noche de pura y perfecta intimidad natural
se escucha,
lejano,
un gemido que quiebra el reflejo de la luna.
Las piernas se cierran en las espaldas,
las manos se presienten, se entrecruzan, se aprietan, se esfuman.
La realidad delira y se pierde en las contracciones, en los espasmos, en los gritos, en la danza de los vientres.
Las gotas de sudor recorren las siluetas, dejando en ellas un resplandor análogo al éxtasis que experimentan las consciencias al verse unidas, al verse dobles, triples, infinitas,
al menos por un instante.
El aroma de los amantes permea el aire y se mezcla con el viento.
Las bocas ávidas de placer no escatiman esfuerzos, recorren cada cavidad y cada hendidura,
se deleitan con la savia vital de los sexos.
La noche se diluye en el goce de los cuerpos
para luego coagularse en el instante en que se encuentran las miradas.
A grandes rasgos,
un repliegue mutuo de alas de carne,
un ritual ancestral henchido del trance del orgasmo
A grandes rasgos,
noche de fuego.

Comentarios & Opiniones

La Dama Azul

Profunda obra la vuestra de gratos paisajes que invitan a viajar por la obra.
"Las piernas se cierran en las espaldas,
las manos se presienten, se entrecruzan, se aprietan, se esfuman."...
Saludos cordiales.

Critica: 
RaúlZárate

Muchas gracias Gabriela!!!

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