Nunca quise crecer

Chiquitito de rodillas lastimadas y de jardinerito sobre su piel.
Con mirada picarezca de tramposa inocencia.
Mejillas con oyuelos, ojitos grandes y cabello rebelde.
Sus piecitos vestidos de sandalias de cuero color marrón.
Pequeñito que soñaba a ser grande jugando a fantasear.
Decían de él que era veloz para correr y para entender.
Repleto de un amor, el de su madre.
Se miraba día a día en el espejo, su hermana.
Inocente con su padre, simplemente le creía y así, no sufría.
Manitos machucadas, jugaba a ser carpintero.
Dientecitos separados y hábiles en el buen comer.
De poco hablar y de mucho orar, de Dios se acordaba al despertar.
Pequeñito, que con tus miedos creciste sin saber que siempre estarías en cada acontecer.
Y hoy sé que nunca dejé de ser ese niño que nunca quiso crecer.