tormento2

poema de Décimo

Cansancio brutal y un viejo reloj. ¡Tiempos pasados e historias sin terminar! Vuela la espiga y no deja de llover. ¡Cuánto te admiré! Respiro sin sentido, nada que hacer, cenicero maldito, río oculto, insigne lugar sin fe. Solo un manto de sangre, luz de farol en la calle y un parque triste como yo. ¿Qué hay de mí? ¡Sin tus pasos cercanos! Adoquines por doquier y una mano engarabita temblando en la oscuridad. Restauro el camino en cada amanecer y todo gira como una gran ronda alrededor. ¡Miserable corazón! ¡Efímeras palabras de amor! ¡Sempiterno dolor! No existe resiliencia y solo el canto del viento aúlla en este corazón. No existe razón, esperanza, olvido. Y mis ojos se pierden en las sombras perdidas del alba, solo y sin mi amor.