El Nombre del golem

GOLEM
Sobre este yermo páramo
tomaste humus de camino
y entonces me hiciste.
Con puño de tierra en mano
pronunciaste un nombre vivo
que hoy mi frente viste.
Por tu idea tienes ya esclavo.
Años sin noticia tuya
tu solo presente
fue un fútil apalabrado,
su efecto es promesa burda,
esta tibia muerte
tan marrón como las piedras
que aquí me rodean inmóviles
y me hacen su preso.
¿Adónde entrar con lo que legas?
Todo es lo mismo, por goce
de caprichos lerdos.
Habla y pon en evidencia
que causaste los dolores
que azotan mi cuerpo.

MAGUS
¡Qué alegría! Los espejos me asisten.
Necesito escuchar estas palabras.
Bendigo, amigo, que a mí viniste,
por enseñar el príncipe que en mí se halla.
Habiéndome propuesto lo que dije,
cultivar un vergel de flores blancas,
elegí este lugar de roca firme,
y llamé la piedra a que me ayudara.
Atormentado por intentos vanos,
pensé irme como solución, empero.
Veo que el idiota llevaba mis manos
fuera de palabra, en mal derrotero.
Suerte que un sueño me llegó volando
y me habló de lo que dejé en secreto.

GOLEM
¿Te atreves a recibirme
con palabras deshonestas
y sonrisa falsa?
No camines más y dime:
¿Has pensado en la manera
de pagar tus faltas?

MAGUS
Deshonestia es haber abandonado
esta labor en manos de la espera.
De ahí mi prisa, mi amigo enrocado,
por descender esta inerte ladera.

GOLEM
Mira mis manos rasgadas,
cansadas de lanzar piedras
como pasatiempo.
Vas a esa tierra cercada,
y aún no compensas tu ausencia.
¡Hipócrita necio!
De honestidad sabes nada,
ni de palabra sincera.
Marcha de mí lejos.
Yo planearé mi venganza;
tú perpetúa tu sordera,
sin oír mis tormentos.

MAGUS
¡Con qué paisaje tan familiar me hallo!
No debí haber dejado la tierra
esta donde vuelvo a posar mis manos.
¡Fortuna mala la que he causado!
Este lugar limpio no tiene pasto
y el lugar alto donde quedan hierbas
está por pesadas rocas plagado.
¿Qué habré de hacer aquí ahora varado?
Desprotegido dormiré una siesta.
Ojalá no caigan piedras rodando.

GOLEM
¿Ves qué obra tan descarada?
Se rinde sin tocar meta.
¡Este es el momento!
Me inspiraste y te doy gracias.
Tus palabras me traen ideas.
Dormido ya te veo.
Lanzo esta roca pesada
que te haga salir por piernas.
Mi plan es perfecto...
pero para de dar vueltas
que así, ¿quién tiene puntería?
Mas errar no temo.
Solo he de tomar más piedras
aunque sí te agradecería
que estuvieras quieto.
¿No quedan en la ladera
otras rocas que me sirvan
para concluir esto?
¡Diantre! Aunque no lo quiera,
hoy ceso mi acometida,
pero ¡aún hay tiempo!
Al romper el alba, espera,
pues volveré con mi ira
a cortar tu empeño.

MAGUS
Bendita fortuna hallo esta mañana...
todo gracias a mi amigo enrocado.
¿Se puede decir que es inesperada
si no es más que lo que había planeado?

***

GOLEM
Por la mañana regreso,
para encontrarlo labrando
la tierra desnuda.
No he visto a alguien más terco,
pero conseguiré echarlo,
no me cabe duda.

MAGUS
¡Ah! Labrar es un trabajo extenuante
cuando las semillas ya están plantadas.
He de asegurar que nada ni nadie
hiera la tierra con surcos y marcas.
¡Sea yo protegido de tal desgracia!
Un golpe así sería insoportable
pues haría estragos en mis esfuerzos.
Marcho a mi cabaña ladera abajo
a por herramientas que he olvidado.
Ojalá nada ocurra entretanto.

GOLEM
Conque «insoportable», ¿dices?
Un pico muy largo tienes.
Esa es tu desgracia.
Mientras tú te piensas libre
del infortunio que temes
y de suerte mala,
uso ingenio para herirte
allí donde más te duele:
esta empresa falsa.
Un rastro de surcos dejo
en tu tierra semillada.
Me río de tu llanto
cuando veas este desecho
que se debe a tus falacias.
¡Qué cara de espanto!
Aunque no cuadra tu risa.
¿Por qué no lloras amargo
si el plan he cumplido?
Destruí tus plantas.
¡Me marcho de aquí deprisa!
No comprendo tu alegre ánimo
al que hoy no he vencido.

MAGUS
La alegría es imbatible, amigo.
Quien la blande siempre llega a destino.

***

GOLEM
Te llevo observando horas
formando extraños pilares
cerca de tu huerto.
Apilas roca tras roca
bajo el sol sudando a mares
mas hoy no me muevo.
Por fin, me doy cuenta ahora
de que en estos días me usaste
para tus fines huecos.
Y aunque expongo tus engaños
y mala moral mezquina,
guardas tu silencio...

***

Pasan los minutos mientras Magus continúa su construcción. El golem lo observa, a ratos sin decir palabra, a ratos volviéndole a increpar mientras asegura que no levantará un dedo por él.
Cuando ya uno de los pilares está levantado, el golem se acerca, lentamente. De nuevo en silencio, levanta una piedra y la coloca en el extremo del huerto, opuesto a Magus. Este lo mira empapado de sudor, pero su única respuesta es una agotada sonrisa. En una mínima fracción de tiempo, el golem termina de levantar el segundo pilar, mientras Magus ya se está ocupando del siguiente. El golem no deja de construir, siempre en el lado opuesto a Magus.
Una vez completos los cuatro pilares, Magus marcha a su cabaña cercana y, al volver, trae un tejido especial en varios pliegues.

MAGUS: Hay que ponerlo sobre los pilares, de manera que la superficie cubra y proteja al huerto.

El golem no contesta, esperando a que Magus desdoble el tejido y le pase una esquina. Antes de que Magus haya siquiera tocado un pilar, el golem ya ha pasado el material por encima de una de las construcciones. Pocos minutos más tarde, Magus ha hecho lo mismo con el suyo, y no pasa más de media hora antes de que concluyan con éxito esa tarea. Solo queda asegurar bien los pliegues y hacer un corte que sirva de entrada, de lo cual se ocupa Magus rápidamente.
Magus se sienta en el suelo para beber un trago de agua de su cantimplora. El golem al principio duda, pero finalmente se acerca y también se sienta, aunque manteniendo algo de distancia.

GOLEM: ¿Por qué te fuiste sin decir nada?

MAGUS: ...Por ser un idiota.

GOLEM: Al marcharte, me dejaste aquí atrapado, sin tener adónde ir. No poseo rumbo ni objetivo. Por no tener, no tengo ni nombre, porque tú no me lo diste.

MAGUS: Tienes piernas como yo, más altas y más fuertes. Tienes todo el sustento que quieras en la tierra y las piedras, y tienes tantas palabras en tu boca como cualquier ser humano.
Cuando me marché de aquí sin cumplir lo que dije, me encadené a una deuda, y por eso he venido a saldarla. Tú también quedaste encadenado, mi amigo enrocado, pero no porque yo haya lanzado cadena alguna sobre ti. No lo han hecho las rocas, ni la tierra, ni el calor, ni la soledad.
Lo único que ata a cada ser del mundo, para encadernanos o para liberarnos, es la palabra, el nombre. Y tú te encadenaste a ti mismo cuando te dijiste que quedabas enjaulado en este lugar por mi marcha.

GOLEM: Entonces, ¿soy libre de marchar adonde quiera?

MAGUS: No lo puedo decidir yo, pues mi nombre no es el tuyo. Tu libertad o tu condena solo dependen de si cumples o no con lo que nombras.
A mí todavía me queda mucho que hacer por aquí. ¡Plantar un vergel de flores blancas no es lo mismo que cultivarlo y hacerlo crecer!

GOLEM: ¡No te marches! Antes, dame un nombre. Mientras no tenga un nombre propio para mí, no podré marchar.

MAGUS: Los nombres son como los cultivos: hay que sembrarlos y hacerlos crecer por uno mismo. Yo he aprendido algunos secretos de eso, amigo mío. Desafortunadamente, no podré compartirlos hasta que complete esta empresa. Regreso a mi cabaña, pues no quiero retenerte más. Volveré mañana a la mañana para continuar con lo que he de hacer.

***

Temprano a la mañana siguiente, Magus retorna con nuevas semillas. Ve que el golem lo aguarda en una esquina, y entonces lo saluda sonriente.

MAGUS: Aquí sigues.

GOLEM: Si te ayudo a cultivar tu vergel, ¿me enseñarás a cambio a cultivarme un nombre con el que yo vaya adonde quiera?

MAGUS: De acuerdo. Me parece un buen pacto... y un excelente inicio.

Comentarios & Opiniones

Orlando Silva

Mi hermano y Amigo Ramses, honestamente jamas había leído una obra tan larga, pero le diré que a medida que le leía me fui entrando en ella, muy buena, excelente, de agradable lectura, MUCHAS ESTRELLAS PARA TI y un cordial saludo desde Venezuela.

Critica: 
JOSE FLANDEZ

Excelentes obra cargada de bellas metáforas y profundos sentimientos. Recibe un fraternal saludo y todas las estrellas para tu hermoso trabajo, poeta.

Critica: