Madrugada en la Trinchera

Otra madrugada de vigilancia
Tras un día de combate
Donde embate tras embate
Sea atacante o defensor
Cualquier bala perdida
Puede ser la que te mate
Me siento en un banco
Con mi fusil entre las piernas
Saco pluma y cuaderno
Y escribo lo que pienso
Añoro ver tus párpados cerrarse
Y abrirse, dejando una pupila verde a la vista
Que me sonrías con tu mirada
Y que con ella ilumines mi día
Añoro tu dulce conversar
Aquellas largas noches
Donde cada momento
Era una palabra más
Añoro que te enfadaras
Y en tu piel, de un blanco casi etéreo
Se dibujarán redondeles de fuego
Cómo los que veía en tu mirada
Hoy, en la trinchera de mi día a día
Añoro tantas cosas de ti, mi estrellita
De saber que no fue tu culpa
Que fue solo mía
Mi inseguridad, mi miedo, mi dolor
Todo aquello que provocó cerrar tu corazón
Qué no siguiéramos el mismo camino
Que no nos agarráramos de las manos
Y compartiéramos un destino
Agarró mi fusil y cierro los ojos
Las noches de vigilia son tristes sin tu recuerdo
Esa amarga sensación de no estar cuerdo
De saber que si la Diosa Fortuna
Me juega una mala pasada
Y una bala perdida de tantas
Finalmente me alcanzara
Llorarías, pero no por mí
Sino por lo perdido
Porque te darías cuenta de que siempre estuve ahí
Pero lo tenías reprimido
En un armario de viejos recuerdos
Con mi Boina, mis medallas y mis besos
Que junto con mis versos
Serían para ti la peor compañía
Porque te darías cuenta de que me querías
Y de que pudiste ser mía.

-A mi Estrellita, porque me arrepiento de expresar como poeta lo que no pude decirte a la cara-