EL MENDIGO

El pobre indigente
camina entre la gente,
tropezando aquí,
descansando allá,
hablando consigo mismo
al andar.

Intentando olvidar
con vino a granel,
recién salido
de algún tonel
sus días de soledad.

Al pobre mendigo
no le queda ni un amigo
con quien poder compartir:
su queso ya rancio,
su andar, su cansancio,
su miseria y su dios.

Y al nacer un nuevo día
partirá sin rumbo y sin guía,
su sombrero raído,
sus sandalias puestas…
¡y sus penas a cuestas!

© R. Rodrigo (1981)

Comentarios & Opiniones

Xio

Conmueve esa realidad, triste andar por la vida la de esas personas que lo primero que perdieron fue el afecto y el cariño de su familia, no hubo una mano a tiempo por la razón que haya sido y así marchas.De techo el cielo y de cama el suelo..abrazos

Critica: 
Rafael Rodrigo Domenech

Un afectuoso saludo también para ti, Xiomara.
Muchas gracias.

Critica: