Historia de Dos Hermanos del Alma

poema de Qamyy

Capitulo 5

Sabra Dios los pesares de un niño de 11 años en este frio e hinospito paraje. El bosque sabia florecer en su momento y cantar los pajaros a su tiempo.

Dos niños corrian sobre el frio lago sintiendo el verano en sus mejillas y el invierno en su cuerpo. Juegos de niños que no durarian muchos tiempo.

-Joven tendras que dejar la escuela y ayudar a tu padre en las minas.

Adios infancia, robada lejos de los juegos y letras de la escuela.

No lo lleves por favor, clemencia rogaba esa madre.
Que desde lo que le paso a Juan no quiero ver morir otro de mis hijos.

15 otoños tenia Juan cuando la caprichosa suerte quizo acabar sus suspiros. Explosion y fuego fue lo unico que quedo en el recuerdo de esa madre que lloro cada noche el alma de su primogenito.
Sus hermanas a gritos pidieron a Dios que volviera su piedad a la joven alma. Pero su padre sin inmutarse pedia que callaran sus lamentos y lloraran en silencio. Al pequeño Tomas nunca le permitieron llorar a su querido hermano que jamas veria amar.
A lo lejos su amigo lo vio endurecer su rostro y al atardecer escaparon al bosque a llorar por el buen Juan.

El bosque su refugio donde nadie les decia que los hombres no deben llorar.

11 años y bajar a esa tumba de carbon para un niño en edad de jugar es darle una madera para armar su ataud. Ese bosque los refugio en ese ultimo abrazo antes de al abismo bajar.

Te extrañare querido amigo cuando tu silla vacia este, cuando tus cuadernos sin tinta queden y tus libros ya no cuenten historias.

Tanto rogo el maestro, pero esa roca de padre jamas oye lamentos. Su hijo gran estudiante futuro tendria si a una academia va.
No señor maestro, mis hijos trabajaran para la familia ayudar.
Nada sirvio. Pero Tomas se resigno porque sabia que faltaba menos para olvidar el dolor.
Ay amigo mio, de aqui nos iremos a hacer fortuna en otros mares a cantar gloria en otras tierras.
Pero la unica tierra que Tomas recibio al dia siguiente fue la de los tuneles que llevaban a la muerte.
Que distintos caminos pasa la juventud, pero estos dos amigos no permitieron que el dolor rompiera ese lazo invisible llamado amistad.
Aunque dolor hubiera, aunque examen rindiera, cada noche escabullian su vida a ese rincon en el bosque donde soñaban un futuro mejor.