CARTA A MI HIJO NOAH

Noah, Hijo mío, ahora que estoy viejo y en mis ultimos días de vida y que me encuentro postrado en esta cama, ahora que puedo verme en tus ojos extraviados y llorosos de niño, que guardan interrogantes, dudas y lamentos, quiero que sepas algo muy importante que no te enseñe de la vida:

En este mundo, todo es distinto, todo es extraño y casi confuso, los humanos están atados a cosas que solo los distraen, que los ciegan, y olvidan que el sentido de vivir está en amar; en ser ellos mismos, y que la felicidad en realidad está en su interior. Hijo mío, quiero que sepas también antes que a tu padre se le olvide: Tú te mereces ser feliz, puedes crear tu propio mundo, tu propio universo, en el cual tú seas el protagonista, porque será tú forma de existir para ti. Créalo, imagínalo. Sé que estás aún muy pequeñito para entender la vida, y como para leer todo esto y comprenderlo, pero veo en tí un coraje feroz de grande que nunca tuvo tu padre poético.

A tu edad mis juguetes favoritos, eran solo dos gallinas a las cuales perseguía por el pasadizo, pobre gallinas, solo recordarlas me hace sonreír, salían huyendo alocadas y despavoridas: Las gallinas eran mi distracción, y yo me sentía feliz, el más feliz del mundo. Recuerdo también que me encantaba que mi madre preparase esos macarrones con salsa de tomate, que rico aroma y sazón, me lo comía hasta más no poder. Luego una tía de mi madre, después de llevarme al parque de las leyendas, me había comprado una cometa, lo  izaba día y noche noche y día, como me gustaba hacerla volar , y a veces pensaba que algún día yo debería llegar lejos, tan lejos como aquella cometa que lo hacía volar por lo alto del cielo.

Por eso, hijo mío, recuerda esto que te estoy escribiendo, para cuando seas ya un hombre, quizá un héroe bombero, un maestro diestro, marinero, pintor o policía, y yo ya no pueda contemplar el sol ardiente de tus ojos soñadores.
Nadie tiene el derecho de decirte que es lo que no debes hacer, ni siquiera yo que soy tu padre.

Noah, la vida es un problema y es casi seguro que lo será  igual para tí, pero comprende que no debes agobiarte, en la soledad del mundo que te rodea.

Entiende que para ganar la gloria, debes aprender a vivir.

Decide tú en el mundo, que el mundo no decida por tí.

A veces hacemos planes, muchos, que, pensamos se harán realidad. Y no es así.

Tu padre fue lo que quiso ser, hace lo que ama, putea como sicópata en sus versos masturbados, y escribe su neutralidad modernista y sobre lo que le apasiona más en la vida. Y aunque me la paso pensando a solas, encerrado en mis propios conflictos, sabes que puedes confiar en mí.
Detenme Noah si me quiero rendir, y hazme ver una vez más en tí: La fuerza, la razón, la poesía, y el amor por el cual existo...

No te culpes nunca por lo que pudiste hacer y no lo alcanzaste, vé y consíguelo si lo quieres en verdad, si fracasas vuelve a intentarlo, pero no te culpes ni te rindas, porque tú decides que hacer en tu propio mundo.

Ama si vas amar, pero ama con un odio de ángel, con ese amor infinito e impetuoso que te hace único, entregate por completo, vive al máximo. Y no olvides que los valores morales y la ética hacen a la persona. Perdona a tus enemigos, liberate de los enigmas y, prejuicios adsurdos que son un carajo y no te ayudarán en tu desarrollo personal.

Llora si debes llorar, nunca te guardes el dolor, no debes hacerlo, llora hijo, es una tontería tremenda que dicen que los hombrecitos no lloramos, acá todos lloramos, nos extrangulamos, conspiramos, y vivimos en una falsedad  brutal!... Llora Noah, hasta que te oiga el feto abortado, las niñas violadas, las mujeres maltratadas, los gays, las lesbianas, los emo punk, los metaleros, las sectas, y mis compañeros navales caídos en el vraem; llora con rabia Noah, hasta que  el último pobre de mí patria deje de ser olvidado, y te hayan oído el llanto infernal de norte a sur (costa, cierra y selva), hasta que yo pueda divisar esa luz tu luz ángenal y podamos estar al fin juntos. Por favor llora, desahogate en la traiciones que izquierda y derecha hacen a mi país, en esa sed de utopía en que mis compatriotas tienen de progresar, en el último suspiro que le hace la paloma al viento, en esa miseria de la prensa amarilla y televisiva, promueven en su ámbito puras estupidez que solo en embrutecen a la juventud pérdida de hoy y así tenerlos bajo control como unos robots que solo siguen instrucciones; llora Noah, en ese aspecto asqueroso maléfico que tiene la política, en esos miserables del "Negociazo", del "Caso Odebrecht", del "Caso ecoteva".
Llora nomás Noah, llora, pero no olvides, que tu padre te ama.

En fin, mi amado hijo, recuerda que no todo en la vida sale como lo planeas.

Posdata: Te adoro Noah, mi cándido hijo imaginario.