tus ojos estan prisioneros de mirarme anda liberalos al dormirte en un instante tus manos tienen prisionero tu presente liberate del segundo y de la hora de la muerte si con flechas me señalas es que algo deje en ti una mañana ya el viento no es una voz ya la lluvia tampoco pero las gotas tienen la edad de aquel adios que nos dijimos entre nosotros ya no hay peor lluvia que la de la soledad cayendo sin frenarse hacia el recuerdo que quedo atras