Tensa calma

poema de PAR

Tensa calma que iría acompañada
de estudiantes quebrando todo a su paso,
lanzando piedras, botellas,
quemando llantas,
gritando que viva el paro
campesino, el paro agrario;
somos los estudiantes
escapaban de sus gargantas cansadas.

Pasan en caraba los policías,
la turba enardecida les arroja piedras, palos botellas,
cuchillos y todo aquello que de la superficie cogía.

Las palabras, perros, hijos de putas, malparidos; gonorreas, pirobos…
acabemos con el hijo de puta policía,
era el coro del de la turba enardecida,
en tanto el lacrimógeno las entrañas sacudía,
la asfixia , las nauseas, las lagrimas, todo lo cubrían.

El centro yacía vacio, la tensa calma se había hecho papa bomba.
humo, llamas, los colegios sus puertas habían cerrado.
¿Qué ha pasado con los dos policías que en su moto, solos en la multitud quedaron perdidos?
ambulancia, presurosas a los hospitales acudían.

Un campesino famélico, delgado como el cuello de la jirafa en sequia africana,
cargaba a sus dos retoños, a las que la diarrea eran medias para fijar su desgastado calzado con ardiente sol de medio día;
otros campesinos encontraron su albergue días, meses, en la zona deportiva de la U de A, esperando la solución a sus tierras robadas, de mercurio envenenadas, por extranjeros expropiadas.

Las carreteras de leche se cubrirían,
la comida podrida las carreteras cernían,
el ganado en las jaulas moría
caravanas en vías sin poder llegar a las plazas,
el hambre por el campo y la ciudad
en los rostros su acuarela dibujaría.

Esa era mi Colombia…
un llanto,
un grito de impotencia,
un cóndor enterrado,
un canal de Panamá en la tumba de Torrijos sepultado ….

Sonaba la piedra en el Metro Plús, era una chusma enardecida con ganas de sangre caliente para cantar la victoria.
¡Oh Colombia, ¿por qué el rojo de tu tricolor, es sangre de héroe y de pueblo que humedece las tierras del campo y la roca de la ciudad?
¿Es esa la libertad que perfuma las montañas de mi tierra?
¡Oh campesino sin tierra!
¡Oh extranjero haciendo fiesta en tierra ajena,
succionando las venas del que llora sus penas añejas!

¡Que tarde llegó la Cruz Roja!,
que tarde la Defensa Civil,
a Derechos Humanos y Personería,
por su ausencia les vería.

Es esta tierra, ¿Otro Egipto, otra Siria
que ante la mirada atónita
de la comunidad internacional se moría?

¡Oh pueblo que te llevo en mis venas,
que recorres mis arterias…
¡Que estos ojos,
que estos oídos,
que esta piel,
tu dolor no sintiera.

Hoy agosto 29 de 2013, a las 19:40
esto era lo que en Colombia se vivía.

¡Oh libertad!
¡Oh libertad!

¿Quién con su corazón abierto, con sus manos, con su cerebro, con su voz, con su bondad, de esta guerra, odio y codicia nos salvaría?