CAMINO DE ENCRUCIJADAS

poema de Lara Soan

Tu recuerdo es tan frágil
como la línea esquiva
entre gemidos de luz
y ojos poblados de distancia.

Te recuerdo con el correr del agua peregrina
y los campaneros
por el camino a la arboleda y las orquídeas
por aquellas calles de cuarzo
empedrados de alameda.

Amo recordar tus ojos argentos
y tu mirada inquieta,
la alta sonería de tus risas
que es obra perfecta del más sublime relojero.

De esas risas verbenea aún este invierno.

Risas como plenilunio de instrumentos de viento-madera
y el retozar de las campanas a bicchiere.

Cuanta música poseída por el viento y la llovizna
en el suave arrullo del anochecer escondido.

Cuántos abetares para albergar
el musitar de los pájaros y cuánta noche y luna desmedida
sobre la piel de tus hombros
volviéndola entretejida piel filigrana.

Todo es ahora un recuerdo de aquella vez
cuando fui yo las calles de Segovia acurrucada
y tú aquel malagueño con corazón de terracota
y ojos profundos como noches de acertijo.

Tus ojos siempre fueron un camino de encrucijadas.