Tu existencia.
Hoy te vi y observé cómo se hacen normalmente con las cosas que uno desea obtener en el presente inmediato; en mi mente hice una captura de pantalla tan minuciosamente que tengo todo tu rostro impreso en la memoria de mi retina.
Y me sorprendí a mí misma, presa de un sentimiento de anhelo que hacía mucho no sentía.
¿Desde cuándo aspiro yo a la compañía de otra alma que no sea la mía?
Y hasta entonces no puedo dormir; te pienso más allá de mi propia voluntad, imaginando detalles de ti y de tu vida que en este momento me son tan ajenos: detalles insignificantes de tu cotidianeidad que despiertan mi curiosidad.
Por de pronto se me ocurre inventar este ideal casi perfecto, para dejarme seducir por esta belleza inesperada de encontrarme con tu existencia.




