Recuerdos de un último beso

  Déjame mitigar esta sed enfurecida en este  encuentro casual, donde tu piel dorada  y  tu  sangre ardiente busca colapsarse entre los poros de mi cuerpo que no se resiste ante tu perfecto encanto que hoy va vislumbrándose y provocando  fuegos  con la luz del día. Ese rostro armonioso y juvenil con el que todo me invita a embriagarme de infinitos deseos. Báñame con tu aroma, sacia esta alma con tu bello y melodioso canto. Roja y dulce boca bañada con sangre de dioses, y tu aliento perfumado con mirtos primaverales que provocan con emoción al corazón. Esta tarde hay caricias y fiestas, mientras llueven los besos,  yo tengo tus sabores disipándose en mi piel y por la boca, es tan suave y silencioso el amor  cuando todo es en secreto. Que maravilloso  puede ser el encuentro. Te tomo suavemente la mano como una invitación solemne a recorrer mi inexplorada geografía y entre mil palpitares puedo sentir tu pulso latiendo como mil caballos de fuerza. Oh luna, migaja de mi alma, compárteme la miel y empápame de sueños. Quiero probar ese exquisito sabor que tiene el amor cuando se funden los amantes en el sexo complacidos de la vida y agotados de la risa.