La espera

Voy tragando el oxígeno que me robas
mientras dejo mi cuerpo inmóvil
ante tu grandiosidad;
tu inmisericorde y lejana llegada.

Es que de que debo hablar
mientras galaxias se parten en mi rostro.
Me divido según el soplo de las doctrinas
que se apoyan en mis costumbres.

Como se supone que sobreviva,
en que puedo emplear el tiempo que no he vivido
es este momento cuando digo que todo me resta,
como administrarme en las tantas emociones
que se conjugan en mi mente,
buenas o malas morirán en el silencio.
Que espera!!
Se hace tarde y envejece el tiempo.
Deja que se gaste las huellas de este reloj
que se ha empecinado, le ha dado la vuelta
a mi deshumanizada vanguardia.
Caprichosas horas que me detienen
en esta profundidad que llama a hambrientos abismos.
Esta profundidad que me atraviesa los dorsales
y me separa de un montón de marionetas que se me cruzan
mientras me detengo y espero.