Rutina de belleza
Hoy me desperté en una anémona
al abrir mis ojos una lluvia de fuego
se desató sobre mi humanidad
era fuego verde y pesado
como robles en manada
hubiese querido salir al sol
a calentar esta flemática pena
que es lo mismo incendiar
un tímpano de hielo
cómo es difícil escribir ahora
que me soltó de la mano tú monomanía.
La soledad vino ayer en la tarde
a entregarme un recado de Dios,
dejó escrito en mi puerta:
Puedes pasar el cerrojo,
él salió y ya no regresa.
Dejó las llaves de tu caja negra
donde pusiste tú la voluntad.
Ni siquiera Dios contesta mis mensajes…
Yo que nunca sé dónde pongo las cosas
ni las esperanzas,
corté las margaritas del jardín
y me las puse de falda
finjí que una ocasión especial nos hacía espera
me hilé una peluca
con hilos negros de las tinieblas
y me la puse con tus manos de hada,
me pinte la boca con rosado tinte
del cielo atardecer
me delineé las dudas
me rice las pestañas.
Un poco de polvo moreno
para ocultar los hoyuelos de mis lágrimas,
un poco de rubor durazno
para colorear los pómulos de mis nostalgias,
una sonrisa para recibir al primero que toque a mi puerta
sea el mundo o sea la muerte,
un último retoque al olvido
¡Y me siento bella!
Frente al espejo me miro bien,
hacia dentro
y no encuentro tierra firme,
no hay playa desierta.
Esta mañana desempolvé
un listón de refinada coquetería
y me lo até cuidadosamente a la cintura
como si esta misma noche vinieras a desanudarlo
en busca de tus llaves desatendidas
y a deshojar mis margaritas.
Pintura: Rythm Color (1930). Robert Delaunay
Comentarios & Opiniones
Wow! Me entré en tus poesía. Tiene el mágico poder de llevar de la mano a su lector. Muy bella en verdad! Mi respeto. Y adelante.
yo también digo Wow! cuántas imágenes tan bellas
Excelentemente escrito y con mucha fuerza. Muy bello