Una trableta llena de traplax

poema de Lunática

Una tableta repleta de traplax. Escondida en la repisa, abajo del libro ese que cuenta de una Jovem aborigen, que reencarna en un pequeño árbol de naranjos.
Estaban ahí, con un poco de tierra. Pues el olvido es así, se abandona y se llena de tierra. A ver expliquemoslo, la tableta estaba ahí, aproximadamente desde el comienzo de la cuarentena o quizás más. Serían a rededor de 8 meses. Estuvieron abandonadas, cobijandose con un manto de tierra. Que fue quedando estacionada
-Joder, debo limpiar esa repisa. Pensamientos que resuenan tan débiles
como el agudo de llamador de angeles.

Recojo la tableta
La limpio
Y la vuelvo a guardar..

Me recuerda a mi padre, ebrio de locura y alcohol también, desvanecido es su demencia
prendía y apagaba la luz.
Porque no entendía que el mal,
no estaba en la oscuridad
Y no se iba si este la encendiera.
El mal, ya lo había consumido y este se le reía con risas quisquillosas
Se reía de el.
Porque este ya sabía que era momento de venir a reclamarlo.

Mientras tanto pase un rato más pensando, porque estás pastillas después de todo, vuelve a seducirme.
Será que hoy es tiempo de tomarlas y terminar al menos por una noche?
Si
No
Lo pienso bien
Te dibuje, va es un boceto
Las tomo?
Othilia hace tres noches duerme conmigo.
Cómo le explico que si no respiro no se alarme.
Más adelante haré otro dibujo, pero no sé si de vos, será un poco más de mi que de vos.
Bueno ya, las he tomado.
Y todo este escrito se me desvanece en los ojos, porque mi mente se apagó.
Los dedos están dormidos, te lo que frenar para metermelos a la boca
Y morderlos.
Pero aún así, estan dormidos.
Cómo duros
No quieren escribir
Ya no quieren seguir mis órdenes
Ni mi cabeza quiere esto
Ni yo quiero vivir.
Pero tranquilos, que no se preocupen los muertos.
Que aún mi piel no se congeló