LIMBO

Me encuentro justo en la delgada línea de mentir y decir la verdad,aunque honestamente ambas suelen traer consigo mal augurio.
¡Firme!
(Ahora mi mente me ordena)
¿Ahora qué quieres? ¿Acaso me avergüenzas? ¿Quieres matarme?¿Podrías callar y tan sólo dejarme decidir?
-Sientate e intenta respirar sin querer con fuerza interna un suicidio.
-Insisto. ¿Me dejas vivir?
-Insisto. Esfúmate.
¿Desde cuándo te has vuelto tan molesta?
Déjame decidir de una vez por todas.
-Es porque yo soy tú.
-¿Tú eres quién? ¿Acaso te has vuelto loca?.
-¿Loca quién? ¿Loca tú?
-Quedate en silencio y déjame en blanco.
- Pero si tú me piensas. ¿Como pretendes que me pierda en un vacío silencioso?.
- Yo no pienso, digo.
Ash ¡Que disparate! ¡Cállate de una vez! ¡Te lo ordeno!
- (...)
- Como decía, estoy en esa línea donde mi vida no es tan cálida, hospedo al frío y me siento normal,todo es rutinario y al parecer la costumbre ya habitó mi cuerpo tan vivo y tan muerto, mi mente lo sabe.
- ¡Ya basta! ¿Acaso escribes una carta de despedida o es la introducción de uno de tus dramas?
- ¿Y tú qué? ¿De nuevo? ¿En serio?
- Yo no, tu sí.
-Ambas sí.
- Muérete.
- Pero...
- ¡Ya! Lárgate y déjame meditar sobre mi largo vivir.
- Pero... ¿Eso hacen los muertos como tú y yo?.