Sicaria

poema de Mario Waits

Son tus noches lejanas /una asfixia /cosida en plomo /ante tu arma /fagocita de pelvis /en reto a roja sed.

Embabelada /desconoces la lengua invocadora /en el fino granizo /donde el eco /se olvida de repetir mentadas /ante un viento impávido.

Ese cuerpo tan tuyo /inhabitado /donde mi alma encontró /mortal refugio /emigró en una noche alcoholizada /sin sospecha /entre grumos y saltos al vacío /a caballo entre el lodo y la nada/ al dejar como nota/ un putrefacto aroma de azucenas.

Así parí a mis puños /verdugos de inocentes paredes /formé con otra arcilla /a la otra Eva /luego con recia hoz /le partí la cabeza /para intentar su permanencia /le escondí su equipaje /bailé la perennísima danza /de acuoso cielo /acoso celo /escasa previsora /de una probabilidad /de su partida.

Queda tan poco tiempo /para no consumirse en el pecado /para impedir la marcha /del motor rencoroso /dinamitador de sementerios /al recorrer infiernos lapidarios /hasta visualizarte en tu candencia.

¿Eres un transfiguro de sausade /una estatua de sal /en la amargura /un sol tan cegador de lazarillos? /Sólo desgracias trajo tu partida /esa eyaculación involuntaria /de tu infiel presencia/ ese tu punto oscuro /tan perfecto /obligación constante /de construirte un puente inacabable /hecho con los desgarros /de mis vísceras /ante el misterio /del reencuentro /la incertidumbre de otra huída /a ser perro sarnoso /entre la mierda /en el techo arrabiado /donde penden tus ropas fantasmales /negadas hacia un vuelo libertario /en plena hipoxifilia petulante /laberíntico orgasmo /inacabado /sin silueta referente /ni cintas amarillas /en marco a tu ignominia /en el justo lugar /de la escena del crimen.