SABEMOS LO NUESTRO

poema de Monik

Hay cosas que no se pueden explicar con simples palabras, cosas que ocurren casi de la nada pero que impactan de manera profunda nuestra vida; la primera ilusión, el primer amor, la primera amistad, la primera desilusión. Todo lo primero en la vida que ocurre de repente, sin planes.
El amor en primera instancia es lo que marca nuestras vidas por completo; soy sincera cuando digo que amé con el alma y siento que me amaron igual, pero a veces el amor no es suficiente, y aunque siempre creí que el amor lo puede todo, hay veces que no es así, porque el amor se doblega cuando no es alimentado día a día de la manera correcta, el amor se desvanece y se hace menos fuerte cuando compartimos ese sentimiento con alguien que no entiende que así como los humanos necesitamos alimentarnos para sobrevivir, el amor necesita ser alimentado para resistir, para no perderse en el camino y ser él quien nos dirija por dónde ir.
A la medida que vamos creciendo, vamos conociendo situaciones que solo vivían en nuestra mente, que de alguna u otra forma transforman nuestra manera de pensar y moldean nuestro modo de ser, hacen que lo inefable cobre definición cuando es vivida en carne propia.
Hay momentos que nos hacen despertar del sueño profundo en el que vivíamos, del cuento de hadas del que queríamos ser parte en algún momento de nuestra vida; pero que siempre nos ayudan a romper ese silencio que nos hace ser parte de algo que no creíamos que existiera, que se mantuvo ahí y que no fuimos capaces de ver antes del golpe. Creo firmemente que para eso sirven las desilusiones, el dolor, el engaño en las relaciones; para hacernos más fuertes, para moldear el carácter, para convertirnos en ese ser que está destinado a aquel o aquella que está reservado en el libro del amor solo para nosotros, con quien en adelante compartiremos penas y alegrías, sueños y decepciones; y por qué no, días y noches de sexo que harán de nuestra existencia una existencia más disfrutada y más apegada a lo que es la vida en sí, porque aunque el amor es de almas y no de cuerpos, la sexualidad acrecienta esa conexión infinita que solo dos cuerpos desnudos pueden sentir, y cuando esa entrega viene del alma es disfrutada de tal manera, que el Everest no es la montaña más alta al que podemos llegar, que el anhelo es algo que nace en el corazón y es vivido con el espíritu cuando se encuentra ese alguien que será capaz de disfrutar y hacerte disfrutar como nunca antes lo habías hecho; disfrutar no solo del sexo, sino disfrutar del amor, de la vida, de los sueños, de los deseos, incluso de los propios miedos.
Y a pesar que el tiempo pase, los recuerdos que tienen el tatuaje del alma son resistentes hasta a la propia muerte, que aunque es temida por todos, puede ser vencida con el solo recuerdo.