Pasiones desordenadas

poema de Luzdia

Levantándome de mi ignorancia,
acariciando tu piel sensible a la luz lunar,
mis emociones se conjugaron con tus pasiones,
dejándome anclado en el placer desordenado.

¡Levanta tu cuerpo!
Déjalo caer en las más ínfimas llamas del placer,
condena mi alma a tus deseos infernales.

Levanta tu mirada sensual y desesperada,
sublimes deseos encarnados en una piel colorida,
un aroma a destrozos
un sabor a gritos.

Te deseo después del deseo,
te acaricio en mis memorias.
Ahora me encuentro sólo,
en el ocaso de tus sentidos.