CUANDO SEAMOS GATOS
En la noche serena, tu sombra se entrelaza con la luna.
La tristeza inunda el vacío que dejaste,
un hueco en mi corazón que nunca se llena.
Cada momento juntos, cada conexión silenciosa,
se disuelve en la bruma. Con lágrimas, me pregunto,
si di lo mejor de mí, si merecí tu amor.
La culpa pesa como un manto de invierno,
por los momentos perdidos, por las caricias no dadas.
Pero en medio de la pena, surge una chispa de gratitud,
por cada día compartido, por cada lección de amor.
Eras mi refugio en la tormenta, una luz en la oscuridad.
Aunque te hayas ido, tu esencia permanece,
un eco suave que susurra en mi alma.
Anhelo el día en que nuestras almas se reencuentren,
en un lugar donde seamos libres, sin sombras ni lamentos.
Hasta entonces, me aferro a tus recuerdos,
porque el amor que compartimos será eterno.
Cuando seamos gatos, libres y etéreos,
nos encontraremos bajo el cielo nocturno,
dos almas entrelazadas, eternamente en calma.