Onírica Existencia

Despierto
mecido por la oscuridad
caigo y caigo y caigo...
Mientras
los rayos del sol incandescente hacen arder las abejas y,
al fondo diviso caballos entre la bruma;
las arañas tejen su morada,
atrapados, entre las telas,
pobres ciegos con sus ojos condenados,
las nubes se rompen con el tronar de los truenos
que resquebrajan siete huevos y,
sigo cayendo,
el vértigo se cierne insoportable
y el verdugo deja caer el hacha;
sosegadas, las palomas vuelan entre las estrellas,
y entonces...
caigo y caigo y caigo...