Aquella mujer

poema de Michael D.N

Destruyendo mi corazón
con una melodía

una y otra vez
al amanecer y anochecer.

La luna me acompaña
pero no cesa la nostalgía
y el recuerdo de aquella mujer.

No era necesario decir palabra alguna
cuando nuestras miradas conversaban, particular fortuna.

Infinita fuente de inspiración
¡seguiré tocando las cuerdas
hasta que salga el sol!
Oh mi amor,
mi agridulce,
mía y tuyo.

Nada existe para mi
más que vos
y tu voz.