Mímica

Y si no te veo,
amor mío,
plácido reposas
como marsupial
dentro de mi alma
que te mima
hasta en la noche
sólo con tu felicidad
como reproche,
en la dulce morada
de mis sueños,
en la salida brava
de mis madrugadas.
Pero ¡ay de mí!
con tus ojos
frente a mí,
con tu mirada sideral
y con tu mímica
de hombre sagaz.
Contigo, mi electricidad
reaparece.
Pero ¡ay de mí!
cuando, tú, llegas
con tu elixir.
Trastocas todo mi ser,
ya no soy yo,
me convierto
en una mujer
insaciable,
con cambios
en todo mi cuerpo,
de la cabeza
a los pies
y viceversa.
Y mis cambios
mutantes en aumento
porque te tengo aquí,
conmigo.
Y sólo un roce tuyo
me transporta
al paraíso del amor.
Y, con efervescencia,
mi energía
se va toda hacia ti.
Y percibo, también,
con calor,
como la tuya
se acerca a mí.
y un círculo,
interminable,
se forma entre tú y yo,
mi amor,
¡ay de mí!