Un Amor Disoluble

poema de Arudex

Amor que fue y que dejo de ser,
pesado por la densa neblina de dudas;
un sabor amargo reflota entre sensaciones de inquietud
la energía que brotaba desde los pies hasta la cabeza ya no se presenta.

La convicción de lo que permanecía entre mis manos, llenas de incertidumbre ya no se palpa;
nada quedo en la orilla, nada permaneció entre mi pecho que latía por la lejanía;
el mar se llevo todo lo que había, espinos, la suavidad de aquella piel, la frescura con aroma a deseo.

La mirada se vuelve lejana, se vuelve pasajera, con lagrimas de rencor y que en el fondo las llamas de la rabia se iluminaban cada vez con mayor fuerza.

El puño se cerraba por el disgusto ácido, por los siguientes días que se volvieron plomizos;
hombre nuevo ya soy, hombre que reflota entre arañazos que despertaron un nuevo amanecer.

Soy ahora el que nunca fui, soy el que necesitaba ser,
acorazado por la esperanza y la convicción de que mi alma, mi mente y todo lo que soy es para un propósito,
para quien no deja espinos, para quien no deja incertidumbre y que no esparce una neblina de desamor.