EL LUNÁTICO
poema de Esteban Benda
A veces, cuando camino por las calles,
en las noches de la ciudad que ya no me pertenece,
puedo sentir que en el cielo de Buenos Aires late
el perdido pasado. La luna
no ha dejado de iluminar.
La veo sometida y olvidada,
y temo dejar de mirarla,
no sea que después ya no esté.
Sigo caminando,
pero ya escucho las risas,
y entonces puedo mirarla abiertamente.
Ciertamente -me digo-,
ciertamente no ha perdido
la claridad de fuente desvelada.
Pero, si por un momento,
si tan solo un instante
apagaran sus risas...
No entienden que ella sabe sus tristezas.
Comentarios & Opiniones
Interesante.
Saludo por allí.
Gracias!