Impresiones de una ilusión

Impresiones de una ilusión

Despuntó la aurora, y ahora puedo decir, ¡bendita hora! Porque en ese instante apareciste, y con tu prosa a flor de piel pediste hablar conmigo. Me sonreíste con timidez, y en tu hablar melifluo, percibí la honestidad de tus palabras, y con tu coquetería elocuente y sin que te dieras cuenta, al morderte el labio inferior, me hiciste sentir mariposas en el pecho. Y luego, mientras entablábamos nuestra conversación, realmente conseguiste hilar un perfecto esbozo de la interioridad de mi persona. Y sabes, mientras te escuchaba atentamente, se me pasó por la cabeza y me dije, este hombre me ha leído mucho, porque me está describiendo a la perfección. Tu elocuencia cautivó mis sentidos, y podría haber pasado muchas horas escuchando tu voz, esa voz seductora que logró embriagar por completo mis sentidos, y sin siquiera tocar mi cuerpo, lograste hacerle un orgasmo a mi corazón, ¡y eso es algo sublime!
Hacía mucho tiempo que nadie era capaz de hacerme sentir algo tan agradable a través de una conversación, y créeme, tú supiste hacerle el amor a mi alma, porque lo que sentí al escucharte fue tan placentero y maravilloso que mi espíritu sucumbió por completo a la elocuencia de tus palabras,
y ahora sólo puedo decirte, ¡muchas gracias por existir!

Palabras del alma

Febrero 11/ 2020

Martha Humphrey
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