El extraño.

Se escurren entre mis dedos,
Letras, sangre de un lienzo dormido,
Puedo tocarte en el fuego de mis cartas
Y correr por remolinos de alter ego.

Soy un desierto infinito de deseo,
Un frío sideral del caminante sin rumbo,
Aquel que abraza recuerdos dormidos,
Un extraño en un cuerpo sin alma.

Hoy solo espera el séptimo día,
Para amar y resplandecer entre lluvias de alcohol,
Su mitad prohibida un capricho de estar vivo,
La sinergia a una larga espera,
Un sol opaco alterando sus sueños íntimos.

Un aliento insatisfecho,
Un salvaje vicio del tiempo,
Amante oculto entre sabanas fantasmas,
Un extraño en un jardín de fantasías.

Suave y efímero,
Catapultando hadas en viajes de letras,
Girando mundos en reflejos mundanos,
El paso de efecto, un puente, solo una ilusión.
Extraño.

Mario Eduardo Sánchez Pérez.
Octubre 23 – 2016.