UN CONSEJO DE LA AMISTAD Y UNA PEQUEÑA SEMBLANZA

PROEMIO
«Bienvenido sea mi amigo el hombre».

UN CONSEJO DE LA AMISTAD
¡Ah, la amistad! Hermosa la amistad. La amistad es un obsequio del amor. Básicamente son la misma cosa, por eso es que 'la amistad verdadera' es poderosísima: derriba cualquier barrera, tiende la mano, auspicia, contenta, apoya, calma... La amistad no se trata de 'mejores amigos'. En realidad, no existen los mejores o peores amigos. La amistad es pureza y los amigos: son amigos. Pienso en mi perro, en los pájaros, los caballos, en alguien especial..., y ellos también son mis amigos. «Amigos/hermanos da igual». Afortunado quien encuentra amistad en lo que le rodea, porque todo se vuelve más amable y dichoso. La amistad como al corazón: necesario cuidarlos y darles el lugar que les corresponde.
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[MARAVILLAS OCTUBRERINAS]
Una mañana de Octubre
con olor a canela
y mandarinas
los niños jugando
que corrían
llevando pajaritos
en sus manitas.
Y yo que
sonreía y sonreía
me volví niño
y junto con ellos
corría que corría.
Imaginamos cometas
y redes que cazaban
mariposas.
Trepamos a los árboles
nos acunamos
a sus ramas
que como brazos
nos levantaban
y nos arruyaban
con ese vientesito
fresquesito
que-corre-que-corre.
Nos columpiamos al ocaso
y juntos como pequeños cómplices:
juramos volver una mañana de Octubre.