30 poemas de amor y una cacha desesperada

Ella no sabia preparar ningún alimento, pero lo chupaba como maestra. ¿Comó no sucumbir ante magnifico don?, entonces le escribí 30 poemas de amor y una canción para humectar su vagina. Leyó cada poema, en un mes de 31 días, un mes de invierno, un poema de amor cada día, cada letra barnizo cada minuto de ese día. El amor bailo rondas en sus ojos hambrientos de una polla dura. El ultimo día del mes, le cante su canción. en los bordes de orejas se impregnaron las palabras de su canción favorita. Aun recuerdo su explosión de amor en mi pecho. Aun espero un nuevo mes de invierno para verla morir en mis brazos.