Apocalipsis

Apocalipsis

Los querubines se aprestan,
preparan sus voces,
para elevar sus cánticos
y anunciar las buenaventuras

Tras ellos los serafines
hacen lo mismo

Ha llegado el momento esperado,
desde millones de años por los hombres
y para oírlos están abiertos sus oídos

Llegó el día de la anunciación,
de que el creador vuelve
al lugar donde comenzó su obra

Pero no viene ni a juzgar, ni a condenar,
viene a ver de cerca, como humano
lo que siempre ha estado viendo desde lejos,
viene a comprobar lo difícil que es
cumplir sus mandatos,
viene a ver la carne débil,
al hombre caído,
al hombre deambulando entre el bien y el mal,
al hombre sufriente,
al hombre sin máscaras,
al hombre que llora su miseria,
al hombre que necesita saber que su creador
es en realidad su padre, que sabe perdonar
al hijo:
que no pudo cumplir su misión.

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