LUNA

Luna

Hoy la luna se ha sonrojado al confirmar que tanto es lo que mis ojos la siguen deseando.

Su cálido aliento fecunda sobre mi cuerpo anhelos, palabras y caricias sesgando de tajo la probable idolatría.

Ella pretende acortar distancia en el instante en que ambos pensamientos tienden a sincronizar dentro de un mismo sueño.

Seductora proyecta el brillo de sus labios sobre esos enamorados.
Que no importando el lugar o el momento, ¡excitados se entrelazan con caricias impregnadas de pasión y deseo!

La sinfonía de la noche se deja llevar por los suaves pasos del viento.
Ella aun se encuentra en busca del último elemento que resultan ser los latidos que aun duermen dentro de mi pecho. ¡Extasiado mi corazón despierta al confirmar como la luna se desnuda incitando a mis deseos. ¡Que frenéticos besan tramo a tramo su rocoso cuerpo!

Hoy la luna se ha sonrojado al denotar como mis manos a través de esta humilde poesía le han inmortalizado. En ella describen del porque es la musa que ausente en mis días reaparece en dentro de mis noches disipando con su brillo la melancolía; melancolía que pretende negarme ante sus claros ojos.

Hoy la luna ha confirmado...Que no es casualidad que mis suspiros sobre su cuerpo hayan engendrado amor hacia este mortal.

Aun el paso del tiempo me extinga, ella afrontará el orbitar en soledad.

Aun ese sentimiento que la ha inmortalizado no le escriba poesía sobre el firmamento; la voz de su verdadero amor se dejará escuchar desde el más allá; declamandole en aquellos momentos cuando sus estados lunares la hacen vulnerable.

¿Quien le dirá cuanto es lo que le amo?
¿Acaso alguien más ocasionará que se sonroje o brille como antaño?
¡Acaso alguna vez alguien desviará su lívido, que en la actualidad se desborda como fuerte lluvia de estrellas haciendo suyos a mis fosilizando sentimientos no dando oportunidad a que alguien más disponga de ellos!

Eso…Eso ambos aun lo desconocemos.

Lo que la Luna si sabe es que aun después de muerto, ¡mis huesos seguirán deseando sus brillosos y tiernos besos.

Autor: Mario Cesar Palma G.
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