Planetas de barro

Planetas de barro

El tenía ojos,
pero sus ojos
no eran como los de cualquiera
Sus pupilas
eran dos esferas del cielo,
dos planetas de barro;
el café nunca se vió tan hermoso.

El cielo podría tener ese color
y sería perfecto,
sus ojos no tenían que ser azules
para ser mi cielo;
el cielo
jamás se vió tan cercano para mí,
nunca se sintió tan real.

Sus ojos, dos tacitas de tinto
de un tinto claro,
a veces oscuro
pero siempre con azúcar;
siempre perfecto.
Ni Juan Valdez
haría un tinto tan sublime.

Oh quisiera sumergirme
en esa tu belleza,
en esa belleza que yo veo,
cuando te leo en mis recuerdos,
cuando te observo en mi alma,
cuando te escucho en mi mente,
cuando te sueño despierta.

Recuerdo aquel día en Guatapé cuando tu mirabas el horizonte
y dijiste suspirando "es hermoso"
y yo dije "oh sí es doblemente perfecto"
la diferencia es que tu mirabas
solamente el horizonte
y yo... Yo miraba el horizonte y te miraba a ti.

Oh sí...a ti,
como te miro ahora en la lejanía,
cuando miro tu foto
esa foto que tengo grabada
en mis pupilas.
Cuando miro esa grabación interna
de tu mirada fija en el horizonte
y la mía puesta en ti.

Oh sí...en ti,
donde ha estado siempre mi mirada,
porque te miro antes de conocerte,
y te preguntarás: cómo es eso?
es sencillo antes de conocerte
mi mirada estaba pérdida
buscándote.

Y ahora que te he visto
mi mirada sigue encontrándote
en cada cosa que miro.
Cierro los ojos y allí estás tú,
abro los ojos y aún puedo verte
allí incrustado en mis pupilas
esas esferas terrestres que te aman.