vitalidad emana la sonreida ninfa
furtivos dedos zanjan al pelo cual peineta
arqueada se desdobla, su alma plena zafa
se alinea rauda al viento, juguetona veleta

las yemas de sus dedos son su calor semilla
cosecha de caricias radiante se concentra
los halagos se pierden en el sabor vainilla
se purifica en trance, su nombre es un mantra

en la cadencia esquiva el ritmo se apelmaza
un fuego en cadenas, desgrana y gorgotea
sellado para siempre entorno a aquella hogaza