Desde Montevideo a Estambul.

Ilumina el cielo un rayo,
sonoro estruendo ruge.
Llora las penas este mayo,
desea que el cielo las dibuje.

Palidecen los blancos lirios,
suspirando su desencanto.
Se apagaron todos los cirios,
en la noche del sábado santo.

Llora la princesa un amor,
llora la plebeya a su amante.
A las dos les rompieron una ilusión,
ambas llevan roto sus corazones.

Solloza desde Montevideo a Estambul,
se adhirieron al dolor juntos a las diosas,
en esta tarde llorosa y dolorosa.
No importa la sangre roja o azul,
ni el color de la doliente rosa,
para que en sus afligidos vientres,
hayan muerto millones de mariposas.