VULGARIDAD

VULGARIDAD

No soporto tu arte,
cosido con hilos de araña,
escondido entre los dobladillos de las penas,
con marcas pijoteras.
No me trago las mentiras,
las frases epatantes,
la ridícula sala de tomar el té,
donde sólo se toman las difamaciones,
con pastas de mantequilla y sonrisas diseñadas,
por el más pijo de los cirujanos plásticos.
No me van tus trajes de rico imitación de pobre,
ni tus pantalones rotos a cien euros por agujero.
No pujaré en la subastas de,
tontos hechos con compresas recicladas
que acabarán entre las piernas de una muñeca
de plástico.
No saldré a la calle con tu máscara de Adidas,
ni con las banderas de ése o éste país,
que venden los chinos, hechas por los indús,
transportadas por los pakistanís que dan de comer
langosta a los reyes de la bolsa y dejan morir
a los niños de hambre.
Seguramente me matará el hastío,
el cansancio de lo banal,
mi impotente grito que de poco sirve,
y a nada lleva.
Ni me emocionará el estúpido riesgo de un "selfi" a cambio de un "me gusta"
ni me dolerá, por estúpida la muerte de uno de ellos,
resbalándose en el piso cien que tan sólo consiguió,
doscientos mil gestos de pena y luego, todos a olvidar,
tomando la cerveza cotidiana y la pizza margarita congelada.
No soporto "tu arte", te has vuelto una muerte
demasiado vulgar.
¡ Ven cuando quieras!
ya no me asustas, me das igual,
ya no te queda nada que me interese,
ni tienes nada que enseñarme.

mabel escribano
d.r.
imagen: google