UNA HIERBA MÁS

UNA HIERBA MAS
Me canto y me acuno.
Me digo...
"Habrás venido para algo"
¿Para qué?
Y releo mi vida con una cierta esperanza,
sin encontrar nada especial ni memorable.
Todo en mí es común,
la alegría,
el dolor,
el llanto.
La artrosis que no me despierta a besos,
no amanezco en brazos del amor,
porque lo tengo lejos,
y la tierra no lo acerca.
Me canto y me acuno.
Soy propiedad de un gato.
No tengo mañana.
Leo,
escribo,
escucho música de jazz
amo a una mujer,
los atardeceres y el presente
que huye de mí con rapidez,
haciéndose pasado.
Alguna vez pensé ser algo más que,
un saludo en la escalera,
un "¿Quiere sentarse, señora?"
una receta de larga duración por hipertensa,
y una irónica sonrisa al pensar,
que el tiempo vivido es más del que resta.
Me canto y me acuno.
La felicidad es,
un collar de abalorios traspasado por,
un hilo corriente, fácil de romper.
Sigo acunando mis sueños,
cantando bajito aquella machacona canción,
del "¿Qué será, será
Y no es nada, es el viento que silba,
Jazz -mi amigo el gato- que ronronea,
la radio que se acopla al móvil,
y unos locutores que chillan hablando de fútbol.
Bajo la ducha pienso que ya me engordé otra vez,
y estoy harta de verduras.
Ya no me acuno ni me hago preguntas.
Soy como una hierba más,
cumplo mi función,
como todos los hijos de la naturaleza.
mabel escribano
d.r.
imagen: mia