SIN CANDADOS EN PARÍS

SIN CANDADOS EN PARÍS

Bajo los puentes de París
se escapaba el río Sena, que
nunca navegué contigo.
Aquellos puentes románticos
y algo cansados y aburridos
de tantos besos
de tantas promesas,
las más de corta duración.
Bajo los puentes, todavía
duermen vagabundos
que intentaron escaparse
de un amor fallido sin conseguir apartarse, de la humedad
de su propio llanto.
Miles de candados se atan
en las barandillas de los puentes
de un Sena que se escapa
en busca de un mar sin promesas.
¿Recuerdas?
No conseguimos navegar el río juntas.
No nos besamos bajo ningún puente,
no nos prometimos nada, en parte
alguna y, por tanto, nada incumplimos.
Reconozco que me invitaron algunas veces a besarme
bajo los puentes, pero sin ti,
me habría extrañado mucho besar otra boca,
pasar bajo los puentes y atar un candado
en la barandilla de un puente de París.

mabel escribano ©
imagen: google