PODRÍA AUNQUE, NO PUEDO

PODRÍA, AUNQUE NO PUEDO
Podría estar triste
escuchando mis silencios,
usando una sola taza llena de un amargo café
endulzado con la sacarina de la conformidad.
Podría estar triste
esperando sin esperar,
un amanecer en compañía
de alguien más que mi gato.
Podría,
de no saber que,
llevo dentro un mundo de bulliciosa alegría,
una niña que curiosea las campanadas
de todo corazón cercano,
un conocimiento encerrado en los cofres del tesoro,
lleno de libros donde volcar sus sueños en
la hermosa aventura de conocer mundos,
sentada en una silla voladora llena de sorpresas y risas,
como me enseñó mi madre.
Tal vez por eso,
podría ser triste si me dedicase
a escuchar mis silencios,
hiciera oídos sordos a mi música,
olvidase las gafas para leer mis libros,
no hiciera caso a los maullidos de mi compañero felino
y no permitiera que la niña que llevo dentro,
me gastase la pesada broma de,
no dejarme envejecer como a mí me gusta,
riéndome de mis arrugas y de mi vida.
mabel escribano
d.r.
imagen: mía