MORTAL

MORTAL
Tenía que ser mortal para saber del dolor
del placer
la rabia
el amor, el deseo y ese sentimiento
ardiendo en las venas
corriendo ríos hijo de un cuerpo casi todo líquido
para no llegar a ningún mar
preso en el pantano de la carne.
Metí mis pretensiones locas
en un maletín cualquiera
no quise escuchar sus gritos
no habrían de salir a la calle de mis gestos.
Mentí, máscara de papel
costumbre de un plato de comida
sin hijo pródigo con quien intercambiar legumbres
por una primigenia de cariño.
Tenía que ser menos que un pequeño dios
para sentir la tragedia de vivir
sin el privilegio de tomar la vida
para modelarla a capricho.
Barro hecho cuenco
cántaro donde poner el llanto de la vulgaridad.
He venido para ser un eslabón
semilla tras semilla, cosecha tras cosecha.
Tenía que ser mujer, barro y vasija
para contener otra vida tan mortal como la mía.
mabel escribano
d.r.
imagen: mía